El punto de partida argumental de este film canadiense es de lo más estimulante. Un hombre que en su juventud fue un donante de semen compulsivo (para ahorrar, no por vicio), descubre ahora que es padre biológico de 533 hijos, y que 142 de ellos le quieren conocer. Menos mal que donaba con un pseudónimo: Starbuck, y de momento puede mantener el anonimato. Hasta aquí la cosa promete. Es algo delirante, sino absurda, pero tiene posibilidades. Apetece saber hacia donde se encamina. Y más cuando el film evita con habilidad la tentación de la comedia grosera y descacharrante a la americana, que parecía el camino fácil y menos interesante. Apuesta más bien por la comedia sardónica y el retrato social, como si de un Ken Loach canadiense y un poco gamberro se tratara. Lástima que en el último tramo opte por un sentimentalismo imposible y multitudinario, que neutraliza buena parte de sus méritos previos y da al traste con la contención inicial.
Starbuck
Director: Ken scott Intérpretes: Patrick Huard, Julie le Breton, Antoine Bertrand
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