Xingu

Xingu, la película escogida para inaugurar el Evolution International Film Festival, venía avalada por dos grandes nombres de la cinematografía: producida por Fernando Mereilles (Cidade de Deus, El jardinero fiel) y dirigida por Cao Hamburger (O Ano em que Meus Pais Sairam de Ferias). El film se basa libremente en la trayectoria de los hermanos Vilas-Boas a partir del momento en que se alistan en la expedición Roncador-Xingu, que formaba parte del proyecto Marcha para o oeste de Getúlio Vargas. Con el transfondo político de cómo se perpetraba la deforestación y el exterminio indígena en esta región de Amazonas, la película narra la relación de los hermanos Vilas-Boas con el pueblo indígena, de cómo aprenden su cultura y se envuelven en su defensa hasta llegar a crear en 1961 la reserva indígena, Parque Nacional do Xingu. Embelesando al espectador con bellas imágenes de la Amazonia y de carácter antropológico, en una cinta donde aparentemente el protagonista debería ser el indio y sus tierras, Hamburger se concentra sin embargo, en la relación del hombre blanco con el otro, y humanizando tanto a sus personajes que muchas de las historias quedan incompletas o desdibujadas. Quizá esta carencia del guión se suple con la gran interpretación de los actores que encarnan a los hermanos Claudio y Orlando, Felipe Camargo y João Miquel. Película desde luego necesaria, dados los escasos conocimientos que se tiene, incluso en Brasil, de las aventuras de los hermanos Vilas-Boas (propuestos incluso para el premio Nobel de la Paz), ésta suscita más dudas y preguntas que respuestas, como por ejemplo el por qué de su implicación con la causa indígena y a la vez su empeño en evitar la aculturación. Y desde luego, la pregunta relevante y vigente en pleno siglo XXI es ¿debemos colocar a la población indígena en reservas, museos antropológicos para preservar su cultura?