Este viernes se renueva un clásico en las carteleras de cine. Ben-Hur, nada menos. Pero no es el único.
Repasemos algunas de las novedades:
Lo que más sorprende no es que hagan un remake de un film 57 años después de su estreno. El clásico con Charlton Heston es de 1959. Lo más inquietante (más de uno dirá interesante) es que esta nueva versión de uno de los péplums por excelencia está dirigida por el ruso Timur Bekmambetov, que no es precisamente el autor de una filmografía de corte clásico, sino más bien un adrenalítico revolucionario visual, que no da respiro con sus imágenes y consigue que el vértigo y el caos sean dos de las características más definitorias de su estilo fílmico. Abraham Lincoln: cazador de vampiros, Wanted (Se busca) o Guardianes de la noche son una muestra. Solo el emperador romano sabe lo que puede ocurrir en la versión digitalizada de la carrera de cuadrigas que convirtió a Ben-Hur en leyenda.
Ben-Hur (Jack Huston) es un joven noble que tiene ideas opuestas a las de los romanos. Por sus diferencias políticas, y por negarse a delatar a las personas que se consideran enemigos del estado, Ben-Hur será falsamente acusado de traición por su amigo Messala (Toby Kebbell), tribuno del ejército romano. Despojado de su título tendrá que vivir como un esclavo, pero volverá para reclamar lo que es suyo.
Los visitantes la lían. El título español es incompleto. Y confuso. La traducción correcta del francés sería Los visitantes: la revolución. Pero si se quiere buscar el público juvenil y adepto al humor gamberro llamándola Los visitantes la lían, al menos añade: “en la revolución francesa”, que es exactamente lo que pasa. Y es que Godofredo de Miramonte y su fiel siervo Delcojón el Bribón se hallan atascados en el túnel del tiempo cuando de repente son enviados a 1794, en plena revuelta gala. Ambos deben sobrevivir en esa época de terror y cambios sociopolíticos mientras ayudan a sus descendientes e intentan evitar los efectos secundarios de viajar a través del tiempo. Algo que desde luego no conseguirán, pues para ello no deberían interferir. Algo imposible si tenemos en cuenta que verán como los descendientes de Delcojón, revolucionarios convencidos, confiscan el castillo y todos los bienes a los descendientes de Godofredo, aristócratas arrogantes huidos cuya vida pende de un hilo. El conflicto y el enfrentamiento están servidos. Así como las risas.
Los visitantes siguen siendo Jean Reno y Christian Clavier como en el estreno del 93 y la secuela del 98.
Criminal. La deriva de Kevin Costner no acaba de llevarlo a buen puerto. ¿Alguien recuerda el título de alguna de sus últimas películas? Está necesitado de un éxito, y Criminal podría ser el trabajo que le reconcilie con sus cada vez más escasos fans. Se trata de un thriller fantástico en el cual las memorias y habilidades de un agente muerto de la CIA le son implantadas a un convicto peligroso e impredecible. Una arriesgada operación asumida por el gobierno estadounidense con la esperanza de que el sujeto termine para ellos la misión que el finado no pudo concluir. Aunque quizás no haya sido la mejor de las ideas dotar de tales cualidades a quien ya de por sí tenía una perversa mente criminal. Un personaje encarnado por Costner, que comparte protagonismo con Gary Oldman (El amanecer del planeta de los simios, Robocop) y Tommy Lee Jones (Lincoln, Men In Black 3) y Ryan Reynolds (Linterna verde, Deadpool), entre otros. Ariel Vromen ha sido el encargado de rodar esta intriga con el mismo vigor con que lo hizo en El hombre de hielo o R.X. Al límite del riesgo.
Lejos del mar. Imanol Uribe obtuvo un rotundo éxito en los noventa con Días contados, un film centrado en el conflicto terrorista de ETA, y más concretamente en el retrato de uno de sus sanguinarios miembros, interpretado por Carmelo Gómez. Ahora, cuando la banda armada parece desarticulada, el director regresa a tan procelosos terrenos aprovechando otra perturbadora circunstancia real, la doctrina Parot, que para asombro de muchos e indignación de casi todos ha permitido a muchos terroristas disfrutar de una reducción de condena.
Y tal es el caso del personaje protagonista, interpretado por el gran Eduard Fernández (Pa negre, Una pistola en cada mano, El niño), que tras cumplir parte de la condena y salir de prisión viaja a Almería a visitar a un antiguo compañero de celda. Allí el destino querrá que coincida con la doctora que lo cuida, y con la que él tuvo un terrible encuentro en el pasado. Algo que no tardará en abrir viejas y aún sangrantes heridas. Ella es Elena Anaya (Habitación en Roma, La piel que habito).
También se ha estrenado, entre otras, Cerca de mi casa. Película de denuncia social en clave musical contra los desahucios dirigida por Eduard Cortés con Silvia Pérez Cruz, Lluis Homar, Adriana Ozores e Ivan Massagué.
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