Cuanto más la pienso en The Master más me gusta; más matices detecto, más complejidad, más sustancia. La trama parte de un soldado que ha combatido en Segunda Guerra Mundial y, alcohólico y desorientado, intenta reintegrarse a la vida civil; la víctima idónea para las garras de La Causa y de su carismático gurú, trasunto del fundador de la Iglesia de Cienciología, L. Ron Hubbard. A lomos de esos dos personajes centrales (inmensos Joaquín Phoenix y Philip Seymour Hoffman), el genial Paul Thomas Anderson nos invita a ingresar en un laberinto de obsesiones, miedos e inseguridades que derivan en tensos conflictos – íntimos o grupales – y que van entrando y saliendo de la secta para retratar lo que ocurre tras sus paredes, pero también en la cambiante e inculta sociedad norteamericana de los 50. Con una mezcla de estética clásica y narrativa rompedora, el director de ‘Magnolia’ hipnotiza, golpea, vuelve a anestesiar, conmueve… con un control admirable del ritmo, de la intensidad, de los silencios y los excesos.
un lloc de cultura peculiar
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