De vez en cuando me atrevo, y a menudo me arrepiento, con películas de este tipo. Para conocer al enemigo, tal vez. O gajes del oficio, no sé. Para saber de lo que hablamos cuando hablamos de cine y no es el cine el referente principal. Ya saben: Final Fantasy, Super Mario Bros, Resident Evil, Assassin’s Creed o, próximamente, Minecraft. Esto refiriéndonos solo a los video juegos, porque luego están el cómic o las series. Y es que las vías de inspiración son hoy inescrutables.
Sonic es un erizo extraterrestre y súper rápido, además de la mascota de Sega. Eso ya lo sabe todo el mundo. Un superventas desde hace tres décadas en las consolas, y ahora también el protagonista de una trilogía cinematográfica, culminada por la cinta que tenemos entre manos. Con Jim Carrey, nada menos. Y lo cierto es que a pesar de su dramatismo naif, y la asumida irrelevancia del argumento, que solo se preocupa de facilitar a los muñecos las secuencias apropiadas para desatar sus poderes (incluyo a Carrey en la categoría de muñeco), la cosa funciona como divertimento estridente e hipervitaminado. Y puede entretener, sin exigencias más allá del sabor de las palomitas, incluso a los neófitos que hemos tenido que leer en la wiki quién es y qué hace Sonic. Así que no voy a dármelas de experto y, además de aprobarla contra todo pronóstico como pasatiempo bobalicón, para calificarla tomaré prestada una frase de la misma película, que creo es de lo más acertada: Sonic 3, entre Godzilla y Hello Kitti. ¡Clavado!
Título: Sonic 3, la película
Director: Jeff Fowler
Intérpretes: Jim Carrey, James Marsden.
Javier Matesanz
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