Bella en su factura, aterradora en el mensaje, Rompenieves es la metáfora perfecta del mundo presente y una pesadilla más que posible con vistas al futuro. Un mundo afectado por una repentina glaciación, inhabitable por la acción del hombre, y un tren-Arca de Noé donde los únicos supervivientes del planeta viven divididos por clases sociales. Esa es la distopía que plantea Bong Joon-ho – excelente director de thrillers (Mother y Memories of murder) – basándose en la idea que destilan los cómics de Rochette y Lob. A partir de ahí, una revolución urgente con pecados originales – individuales y colectivos -, héroes de pasado oscuro, villanos que parecen sacados de una peli de Wes Anderson (Tilda Swinton, enorme) y homenajes indisimulados – a la fantasía de Terry Gilliam, por ejemplo -. Todo ello contado con un pulso narrativo admirable, jugando a la perfección con las posibilidades que ofrece cada puerta que se abre, cada vagón, aprovechando las aristas de cada uno de los personajes… y sacando partido a un elenco de lujo (John Hurt, Ed Harris, Song Kang-ho, Jamie Bell…).
Snowpiercer es un thriller, aventura, Sci-Fi… y también filosofía apocalíptica, retrato sociológico y denuncia, donde además de las referencias ya expuestas, podemos encontrar parte de lo mejor del cine de Besson, Jeunet o Proyas, por poner algunos ejemplos, y ante todo la quintaesencia del talento que nos llega de Corea del Sur desde hace ya unos años. Un entretenimiento extraordinario, un sorpresón.
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