Silicon Valley es el horno tecnológico del mundo, donde se cuecen todos los avances digitales que invaden los mercados internacionales y sofistican tanto nuestra cotidianeidad laboral como nuestro tiempo de ocio. La cuna de Google, de Whatsapp o de Facebook, de Bill Gates, de Steve Jobs o de Zuckerberg; y también la fuente de inspiración de la serie homónima de HBO. Un retrato de esa jungla deshumanizada que convierte en comedia la aventura de crear startups y competir en un mercado feroz, donde la competencia se parece más a la guerra de trincheras que a la legítima opción del libre mercado que todo emprendedor debería poder ejercer.
Cada capítulo es una lección de supervivencia empresarial, donde se abordan temas como el espionaje industrial, la búsqueda de financiación empresarial, los entresijos legales de los derechos de autor, las estrategias financieras y contractuales que otorgan a la letra pequeña la última y rotunda palabra, las opas, las fusiones empresariales, las alianzas, las participaciones, los viveros o incubadoras de empresas emergentes, los lanzamientos de marca, etc, etc. Todo ello en clave de comedia y en formato de sit-com evolucionada, que amplía el número de sets empleados, e incluso rueda en exteriores, pero sin renunciar al lenguaje cómico y estático del género clásico. Con la ironía como punto de partida, apostando por los retratos freakis a golpe de diálogos ingeniosos en detrimento del chiste fácil, lo mejor de la serie es el sarcasmo utilizado como “sutil” vía de humor crítico.
Silicon Valley es una serie creada por Mike Judge que hasta la fecha ha estrenado cinco temporadas.
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