El teatro, como cualquier otra modalidad de expresión artística, tiene una responsabilidad social por cuanto transmite emociones y difunde ideas. Es una tribuna cultural que, independientemente de que busque el entretenimiento, la reivindicación o la denuncia, no puede, no debe desvincularse del compromiso ético, moral o ideológico de quien lo cultiva, pues tiene el privilegio y el poder de ser escuchado desde la libertad creativa. De ahí la importancia de montajes como Biografia d’un barri mutant en los gentrificadores tiempos que corren. Teatro documental, antropológico, implicado y reivindicativo. Nacido de la observación comprometida, de la experiencia real testimoniada y de una profunda reflexión, que bascula entre la nostalgia y la denuncia, entre la queja y la batallita, entre la caricatura y ese despecho frívolo, nacido del hartazgo, y que se alimenta de clichés y algún desliz panfletario, pero que tratados desde la broma y la tolerancia encajan en el tono cómico global, y no enrarecen el trasfondo del conjunto.
No es la primera vez que las formas escénicas de Marina Salas se alían con las palabras de Rafel Gallego, y el maridaje funciona. El ideario sociopolítico del autor expuesto como una coreografía de la cotidianeidad, con humor coloquial, pero salpicado de esas pullas de dramaturgo versado en el ring de los medios. Con una escenografía que apela al mercado tradicional y se construye como un lego. Y esa perspectiva femenina que vertebra siempre su universo creativo, habitado esta vez por un trio de actrices sensacionales, versátiles en recursos cómicos y emocionales, verbales y corporales, guiadas por su directora casi como si ejecutaran una danza nostálgica, y que nos acompañan en este viaje, tan entretenido como reivindicativo, a la memoria de un barrio que lucha por resistir: Pere Garau.
Título: Biografia d’un barri mutant
Autor: Rafel Gallego
Dirección: Marina Salas
Intérpretes: Marga López, Lorena Faus y Neus Cortès.
Teatre Municipal Mar i Terra
Javier Matesanz
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