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Ocho apellidos marroquís

Ocho apellidos marroquís

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Qué necesidad. Alguien esperaba una tercera, después de la debacle bochornosa de la segunda. Ocho apellidos gallegos, dijo alguien por entonces, pero era más bien cachondeo. Pues bien, ahora los marroquís, aunque no creo que hicieran falta. La fórmula se agotó con la primera, que tuvo cierta gracia. Facilona, pero descarada y, al menos, inesperada. Lo que viene siendo el mérito de la original, aunque no fuera un prodigio de ingenio cómico. Pero sí un producto comercial acertado. O sea, todo lo contrario de la patética versión catalana, de la cual mejor no hablar. Y ahora esto, que hace buena la anterior. Lo cual no es extraño, porque el disparate va más allá de la pantalla, y los experimentos cuando solo buscan réditos comerciales  suelen fracasar. Así que cuando el espectador se pregunte por algún factor común con la saga que justifique el título (más allá del postizo vínculo de seleccionar el apellido de los actores en los créditos con una ruleta llena de nombres árabes), habrá que explicarle que no lo hay. Que la película se rodó con el título provisional de “Casi familia”, y salió de fábrica así de mala. Pero nada tenía que ver con la franquicia hasta que algún lumbreras pensó, con esto no vamos a ningún lado, pero si le llamamos “Ocho apellidos marroquís” igual cuela. Y aquí está. Con bastante público, por cierto. Otra cosa es que éste salga de la sala satisfecho con los chascarrillos y chistazos de un guión que a ratos hace daño por la vía de la vergüenza ajena.  Desde luego Álvaro Fernández Armero ha vivido tiempos mejores, pero de eso hace ya mucho. Lo que más duele es ver a Michelle Jenner en cosas así. Con su potencial en punto muerto y sus esfuerzos malgastados en causas tan poco motivadoras. Porque al fin y al cabo Julián López se dedica a esto. A veces con más gracia, a veces menos.  Pero en fin, tiene que haber de todo. Y sí, ya sé que no he hablado del argumento: del barquito Sardinete, las últimas voluntades del conservero o el atribulado viaje a tierras impías, pero para qué. Además la memoria se me desactivo, gracias a Dios, tras algunas líneas de guion cómo: “…A Marruecos para qué, para que me cambien por camellos!”; o “si vais solas os echarán burundanga en el cuscús”.  A ese nivel.

Dirección: Álvaro Fernández Armero

Intérpretes: Julián López, Michelle Jenner, Elena Irureta, Antonio Resines.

Javier Matesanz

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