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Nostalgia televisiva 1: Los ángeles de Charlie

Nostalgia televisiva 1: Los ángeles de Charlie

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La sempiterna voz sin rostro de Charlie, como no podía ser de otro modo, era la encargada de abrir cada nuevo capítulo. Lo hacía desde la misma cabecera y acompañada de la popular sintonía de la serie, que era una versión instrumental del tema Undercover Angel de Alan O’Day. Consistía en una breve explicación introductoria que resumía a la vez el origen de las protagonistas, la relación laboral que le unía a sus tres ángeles y, de paso, nos ubicaba argumentalmente a nosotros, el público. Como si del inicio de un cuento se tratara, decía así: “Había una vez tres muchachitas que fueron a la academia de policía. Se les asignaron misiones muy peligrosas, pero yo les aparté de todo aquello y ahora trabajan para mí. Yo me llamo Charlie”. Unas palabras que, como el resto de la serie, no estaban exentas de ironía, ya que contradecían las imágenes simultáneas de las aburridas, rutinarias y nada heroicas tareas desempeñadas por las tres atractivas policías antes de incorporarse a su agencia privada, y convertirse así en las más sexys, contundentes y eficaces investigadoras de la ciudad; o lo que es lo mismo, en los ángeles de Charlie.

Los episodios siempre arrancaban con el encargo de una nueva y arriesgada misión por parte de Charlie a sus chicas. El misterioso ex policía y propietario del negocio, cuyo nombre completo era Charles Townsend, las citaba en la oficina por medio de su lugarteniente y cabeza visible en la agencia John Bosley y, a través de un altavoz, les explicaba el trabajo en cuestión. “Buenos días, ángeles”. “Buenos días, Charlie”. Y empezaba otra nueva aventura de la factoría Spelling-Goldberg, que por aquel entonces parecía tener el monopolio del éxito en la pequeña pantalla.

La serie, que estuvo apunto de titularse Gatas del callejón (fue la propia actriz Kate Jackson –Sabrina en la serie-, quien horrorizada propuso el título definitivo), tuvo una repercusión tremenda gracias a su inmediato y sensacional éxito comercial, que la ha convertido con los años en todo un icono de la cultura pop, además de en una obra de culto para toda una generación. Pero su verdadera trascendencia responde al hecho de que puede considerarse como pionera en el género al conceder todo el protagonismo de una serie de acción e intriga a tres personajes femeninos. Inaudito hasta entonces. Y es que basta repasar la década televisiva de los setenta para constatar que la pequeña pantalla, en materia policial, rebosaba testosterona.

Pero centrémonos en los personajes y sus intérpretes, que no tardaron en devenir auténticos ídolos de la audiencia, y aún hoy son de los más emblemáticos de la historia de la televisión – la silueta de sus tres protagonistas sigue estampándose en todo tipo de camisetas retro y está presente todavía en el merchandising más friki de corte nostálgico-. Charlie, por ejemplo, se convirtió en una obsesión para millones de televidentes, que al igual que sus ángeles anhelaban conocer su rostro. Pero eso nunca ocurrió, y el anonimato se mantuvo hasta el último capítulo y más allá. Su voz, en cambio, sí tenía dueño: era la del actor John Forsythe, quien años después se hizo tremendamente popular en Dinastía, y que jamás llegó a pisar el plató de Los ángeles de Charlie, pues al igual que su personaje enviaba grabadas sus líneas de diálogo, y eran las que luego escuchábamos en cada episodio del mismo modo en que lo hacían sus chicas.

David Doyle fue el actor que encarnó siempre la figura cómica del programa, el director de la agencia John Bosley, que a su vez era el enlace con Charlie, el mejor amigo de las detectives y, en más de una ocasión, su ángel de la guardia, pues entre broma y broma también usaba el revolver.

Ángeles en realidad hubo más de tres. El doble, para ser exactos. Seis en cinco temporadas, y entre las aspirantes que nunca lo llegaron a ser destacan nombres como Kim Basinger o Michelle Pfeiffer. Pero curiosamente, la que menos duró es la primera que nos viene a todos a la memoria al hablar de la serie: Farrah Fawcet-Majors (quien tras separarse del actor Lee Majors en 1979 acortó su apellido). La actriz solo interpretó a Jill la temporada inicial. Una decisión que estuvo a punto de salirle cara, pues el estudio la demandó por incumplimiento de contrato, y tuvo que acceder a seguir haciendo apariciones estelares durante otra temporada, y por amor al arte, si no quería pagar una compensación millonaria. Razón por la cual, y para que todo cuadrara, los guionistas la sustituyeron por Cheryl Ladd, que interpretaba a Kris, su hermana pequeña, mientras ella se había tomado una especie de excedencia para competir como piloto de carreras y participar en el Grand Prix de Europa. Huelga decir que era la que mejor conducía de las tres, pero la excusa se las traía.

En cualquier caso, la jugada les salió redonda a los productores, pues pese a ser el ángel preferido de un elevado porcentaje del público, su substituta cayo en gracia de inmediato y los índices de audiencia apenas se resintieron, por lo cual continuó el éxito y Farrah, auténtica sex symbol de la época, seguía vinculada al programa y sin coste alguno. Aunque solo fuera esporádicamente.

Sabrina Duncan era la más inteligente y cerebral del trío. Y parece que estas cualidades se correspondían con la realidad, ya que la actriz Kate Jackson se convirtió en la mano derecha de Aaron Spelling y en inductora de algunos de los cambios que convirtieron la serie en el éxito que fue. Ya hemos comentado su aportación al título, que también pudo llamarse Harry’s angels, antes de que ella sugiriese el nombre de Charlie. Pero es que además, también fue ella quien planteó la posibilidad de mantener en secreto la identidad del jefe, lo cual se convirtió con el tiempo en la marca de la casa de la producción. Sin embargo, Jackson decidió extrañamente abandonar la serie tras su tercera temporada. Un golpe que, a la larga, resultó definitivo, pues con su partida se inició el declive.

La ausencia de Sabrina decepcionó tremendamente a los seguidores de la serie. Era el referente racional del equipo, más allá del glamour y la acción de cada historia. El público no lo perdonó y sus substitutas pagaron las consecuencias. Shelley Hack fue la primera damnificada. Se incorporó en el papel de Tiffany Welles, cuya principal particularidad era que conocía el aspecto de Charlie, pues su padre era un viejo amigo del jefe y ella lo había visto cuando era pequeña. Pero su personaje se mantuvo una sola temporada. Los niveles de audiencia descendieron y los productores la responsabilizaron a ella, pues nunca consiguió agradar al público. Tal vez porque no dejaba de ser una especie de enchufada, y además suscitaba la envidia generalizada por ser la única privilegiada que conocía el aspecto de Charlie. Y eso nunca es popular. De modo que también ella fue reemplazada.

En la quinta temporada llegó el ángel Julie Rogers, una ex modelo con pasado delictivo y reconvertida en investigadora, que encarnó Tanya Roberts. Pero lo hizo en el peor momento. El barco ya iba a la deriva, y probablemente ella no tenía ni el carisma ni el talento suficiente como para enderezar el rumbo. Todo siguió empeorando, y la serie se canceló.

La única protagonista original que se mantuvo de principio a fin, e intervino en los 116 capítulos del programa, fue Kelly Garret (Jaclyn Smith), cuyo carácter dulce y sensible contrastaba con sus destacadas habilidades para las artes marciales. Y quizá por ello, por ser la más veterana y entrañable de los ángeles, el último y legendario capítulo se centró en su convalecencia. Un disparo en la cabeza recibido en acto de servicio la mantenía en el hospital debatiéndose entre la vida y la muerte. Mientras, sus compañeros la velaban con angustia y recordaban (por medio de flashbacks e imágenes de anteriores temporadas) sus mejores momentos juntos, en lo que se convertía en una especie de homenaje tanto a su fidelidad como a todos cuantos habían desfilado por la serie. El propio Charlie, de incógnito y disfrazado de médico, la visitó en este capítulo, aunque tampoco esta vez tuvieron suerte ni los ángeles ni los espectadores. Fue un hermoso y emotivo final para una serie indeleble en nuestra memoria.

Por cierto que esta quinta temporada de Los ángeles de Charlie no pudo verse en España hasta su reposición en la cadena privada Telecinco en el año 1990.

Entre algunas de las curiosidades de esta ficción que merecen ser destacadas, está sin duda el hecho de que uno de los primeros directores de la serie en 1976 fue Bill “El increíble Hulk” Bixby, que además de interpretar al Dr. Banner también dirigía telefilmes y capítulos tanto de series ajenas como de la suya propia. Pero el dato que trasciende del mero anecdotario, y tuvo muchas y lamentables consecuencias que llegan hasta nuestros días, hace referencia a los derechos de la serie, que fueron adquiridos nada menos que por la joven actriz y emergente productora Drew Barrymore, que después de haber sido la “niña de E.T” se sumió en un largo proceso destructivo de juventud de la mano del alcohol y de las drogas y, para superarlo, decidió reinventarse y convertirse en su propia manager e impulsora de sus proyectos. Entre ellos la explotación contemporánea de sus recién comprados Ángeles de Charlie. Y fue así como puso en marcha el remake cinematográfico homónimo de 2000 y su secuela de 2003, Los ángeles de Charlie: al límite, en la que incluso hizo un cameo la original Jaclyn Smith. Dos infames vehículos para su relanzamiento personal como sexy heroína de acción, formando el explosivo triunvirato junto a Cameron Diaz y Lucy Liu, a las órdenes de McG, y vilipendiando la memoria de su referente televisivo, que no merecía ser maltratado de ese modo.

Pero no contenta con ello, o tal vez para amortizar la inversión, insistió en su idea de rejuvenecer a los míticos ángeles, e intentó recuperar la popularidad de la serie añeja produciendo una versión actualizada que en 2011 emitió la cadena ABC. El trastazo fue antológico. No cumplió ni la primera temporada. La cosa se quedó en ocho capítulos y sus tres protagonistas: Annie Ilonzeh, Minka Nelly y Rachael Taylor, tan hermosas como insípidas frente a las cámaras, apenas consiguieron identificarse con sus personajes y mucho menos seducir a la audiencia. Nadie las recordará.

 

Los ángeles de Charlie (1976-1981) Título original: Charlie’s angels Origen: Estados Unidos Nº de capítulos: 116 Nº temporadas: 5 Duración: 50 minutos Emisión en España: TVE (1978-1981) y Telecinco (1990) Género: Intriga y acción Cadena: ABC Productora: Spelling-Goldberg Productions Creador: Ivan Goff y Ben Roberts Música: Jack Elliott y Allyn Ferguson ((la conocida sintonía de la serie era una versión instrumental del hit de Alan O’Day Undercover Angel). Intérpretes: Farrah Fawcett, Kate Jackson, Jaclyn Smith, Cheryl Ladd, John Forsythe, David Doyle, Shelley Hack y Tanya Roberts.

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