Cuando Pinochet convocó un plebiscito popular para reafirmar su dictadura militar en Chile a través de las urnas democráticas y así eternizarse en el poder, poco podía imaginar que saldría derrotado y con el rabo entre las piernas. Un Sí o un No. Esas eran las opciones de voto, y el pueblo dijo “NO” al dictador, que bajo la supervisión internacional tuvo que encajar el golpe y abandonar su feudo inquisitorial. Una decisión popular que vino apoyada por una campaña publicitaria de inesperados planteamientos y rotunda eficacia, ya que en un país deprimido y represaliado, nadie esperaba un enfoque optimista y luminoso para la opción del No, basado en el regreso de la alegría al pueblo si se iba el tirano. La película, fresca y espontánea, agradable y de adecuada estética ochentera, nostálgica y eufórica a tono con la proeza narrada, es un placer fílmico para degustar con orgullo y satisfacción ideológica. Un antídoto contra la resignación, que ahora mismo nos haría mucho bien a todos.
‘No’. Nunca la negación fue tan positiva
Director: Pablo Larraín. Guión: Pedro Peirano Intérprete: Gael García Bernal
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