No hay dos sin tres es rematadamente mala. Sin paliativos. La vergüenza ajena es la única sensación que es capaz de transmitir esta ensalada de tópicos de humor ortopédico, escatología barata y patosos gags de la consabida y manida guerra se sexos en su más casposa y estereotipada concepción. Una presunta comedia sin gracia ninguna (ni una sonrisa en hora y media es un bagaje negativo de récord) que eleva a la categoría de referentes clásicos las insalvables mediocridades de Kate Hudson, Drew Barrymore o Sandra Bullock, que le ceden así el trono de la chatarra del género cómico a una Cameron Diaz infame, que sigue haciendo méritos para autoinmolarse artísticamente. De hecho, amenaza con el inminente estreno de Sex Tape, que ya desde el trailer garantiza el destierro del buen gusto y la mesura humorística en beneficio de la broma zafia y la estridencia histérica. Características compartidas por la cinta que hoy nos ocupa, y de la que ya llevamos hablando más tiempo del que merece, a no ser que este artículo se considere de interés público y social por lo que tiene de advertencia. Y es que tal vez podamos evitar algún disgusto si disuadimos a los espectadores indecisos. Algo para lo que supongo bastaría con narrar algunas de las escenas del film que incluye la enésima versión del laxante despechado en la copa del infiel – con diarrea compulsiva incluida -, la cámara lenta por la orilla del mar y a contraluz del cuerpo escultural de las amantes, los momentos de histeria femenina neutralizados por un par de zapatos caros y una conversación cómplice entre mujeres que beben cosmopolitans, o la cagada de un mastodóntico gran danés en el salón, que esas cosas siempre hacen mucha gracia.
En fin, una joya del género firmada por Nick Cassavetes, hijo del gran John Cassavetes, que de no estar muerto lo haría ahora de vergüenza al ver su apellido ligado a esta cosa.
Javier Matesanz
Joder Javi, yo no he visto esta película, pero déjame decirte que la frase final de tu crítica es de lo mejor q he leido en los últimos veinte años. Buenísima! !