Los síntomas de agotamiento cada vez son más evidentes en la franquicia. Y no nos referimos solo al cansancio de Tom Cruise; que también, porque empiezan a ser trotes fuera de su alcance físico los que exigen sus heroicidades. Las ideas escasean, y tanto es así que la serie ha tirado por la vía rápida y fácil: copiar a James Bond. No sólo incluyendo al MI6 británico en una operación conjunta con el FMI americano de Ethan Hunt, lo cual podría ser incluso un guiño simpático, sino con el espectacular prólogo de una arriesgada misión, autónomo del resto del film, antes de los créditos con la pegadiza musiquilla. También poniendo especial énfasis en el lucimientos de los gadgets, mostrando a un agente ya envejecido del que sus superiores empiezan a recelar y sus capacidades rozan el entredicho geriátrico, y un malvado que lo es mucho más porque es un ex agente de los buenos, que sabe tanto como ellos pero que ahora quiere utilizar sus conocimientos para destruir el sistema que lo reclutó y adiestró. O sea, el Javier Bardem de Skyfall, pero con mucho menos carisma. Cosas todas ellas que no serían del todo destacables como defectos si el film nos las hiciera olvidar. Pero no. Al contrario, la lentitud expositiva, los enormes rodeos narrativos, la parsimonia en el desarrollo de una intriga que deja de serlo a mitad del metraje y largas secuencias de acción dilatadas en exceso y sin necesidad, nos dejan mucho tiempo para pensar y ver que la película es pura fachada, que se dedica a obedecer el título buscando lo imposible en la forma, y dejando lo obvio para el argumento, que solo convencerá al público que asista en piloto automático y renuncie a hacerse preguntas lógicas sobre lo que está viendo. Aunque lo mismo podríamos haber dicho de la cuarta entrega, y en cambio hay que admitir que era trepidante y tremendamente entretenida allí donde esta se hace eterna.
Misión Imposible: Nación secreta
Director: Christopher McQuarrie. Intérpretes: Tom Cruise, Rebecca Ferguson, Sean Harris, Alec Baldwin, Jeremy Renner, Simon Pegg, Ving Rhames.
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