Largo y estraño título nominal el de esta película independiente americana que ha triunfado en cuanto festival se ha presentado, y que corre el riesgo de pasar injustamente desapercibida por nuestras pantallas porque no tiene dinero para promoción ni sale superhéroe alguno. Pero es un gran film.
Te deja hecho polvo, eso sí, pero es porque la realidad a veces puede ser monstruosa, y “Martha Marcy May Marlene” es un pedazo muy duro, muy dramático y sobrecogedor de esta. La historia de una joven captada por una secta y su posterior y desesperado intento de reinsertarse en sociedad una vez ha escapado de sus redes. Un retrato psicológico crudo, árido, contundente. Sin concesiones al happy end ni giros de película. Un drama ajeno visto por el ojo indiscreto de una cerradura que puede estar más cerca de lo que creemos. Y asusta. Mucho. Sobretodo porque está mostrado e interpretado desde la verdad, y a veces hasta duele.
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