Oportuna en extremo, hasta el punto que se estrenó el mismo día de la muerte de Mandela, lo más interesante de este biopic se concentra en los treinta primeros minutos. Sin andarse con rodeos, en apenas media hora, la cinta nos presenta a un Madiba joven e impulsivo, comprometido con la causa de la libertad y la igualdad de derechos en la Sudáfrica segregada, y siempre honesto y coherente en materia ideológica, pero no por ello intachable en el plano personal. Mujeriego, infiel, testarudo y a veces furibundo, se nos muestra como un líder firme, pero humano y vulnerable al fin y al cabo. No exento de defectos. Y tal vez sea esa faceta menos conocida la que nos sorprenda inicialmente, por atrevida en la que sin duda es una película con vocación de hagiografía, y nos seduzca lo suficiente para adentrarnos en las siguientes dos horas de metraje. Aunque ya sin demasiadas sorpresas, por cuanto nos muestra la trayectoria más conocida del personaje. Narradas, sin embargo, con buen pulso, con una acertada dosificación dramática, que combina con tino las dosis sentimentales y las rotundas aunque apaciguadoras arengas sociopolíticas, salpicadas de ilustrativas imágenes documentales del eco mundial de la figura de Madiba, de su cautiverio y su lucha, y sostenidas por un sólido Idris Elba (Prometheus, Pacific Rim), tal vez demasiado corpulento en lo físico, pero convincente en su intensa y contenida interpretación.
Traducida en España con la coletilla “del mito al hombre” en sustitución de la original El largo camino hacía la libertad con el que Nelson Mandela tituló su autobiografía, esta película reivindica a uno de los personajes cruciales del siglo XX, de la historia moderna, y si con este film cundiera aunque fuera mínimamente su ejemplo de tolerancia y convivencia, ya estaría plenamente justificado su visionado, fuera como documento o como entretenimiento.
Els vostres comentaris