Un homenaje a la vida a ritmo de vejez, de experiencia; pero con vértigo. Demasiadas preguntas esconde el existencialismo. Más para unos que para otros. Y Harry Dean Stanton comparte las suyas en Lucky, un debut lúcido y hermoso en la dirección de John Carroll Lynch, actor, que nada tiene que ver con David en cuanto a parentesco, pero a quien le debe mucho cinematográficamente, pues Una historia verdadera es un referente evidente, presente, aunque de más corto recorrido. Y a pie, sin cortacésped. A paso de tortuga, o de Presidente Roosevelt (me entenderán si han visto, si ven el film). Un relato, retrato, sincero, auténtico, bello. Sin esteticismos. Más bien con feísmos, porque no todo es bonito; ni tampoco feo, aunque los sueños de los escépticos, o de los ateos, no tiendan precisamente hacia al paraíso. Lucky es conmovedora. La escena a capela en impostado español, con presunto acento mexicano, cascado, con todo el sentimiento del mundo, es antológica emocionalmente. Casi un testamento lleno de cariño, una despedida asumida y en parte deseada, pero sin prisas. Tampoco hay fuerzas ya para correr. Bonito, triste.., y póstumo. Qué gran adiós el de este pequeño enorme actor, que nunca fue estrella y ahora es leyenda.
Lucky
Director: John Carroll Lynch. Intérpretes: Harry Dean Stanton, David Lynch, Ed Begley Jr., Tom Skerrit.
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