La novela de Torcuato Luca de Tena es una joya literaria en clave de intriga policial, desarrollada con maestría sin igual como un auténtico manual sobre la locura, que maneja emociones y convicciones, sospechas y certezas, intuiciones y decepciones con una destreza que desarma al lector, a la vez que éste se rinde ante las convincentes artimañas de una protagonista tan manipuladora como empática, que lo conduce y engaña a su antojo (como a los personajes que la acompañan en la ficción). Y Oriol Paulo consigue transmitir algo parecido con Los renglones torcidos de Dios en formato cinematográfico. Algo que dignifica su tentativa, aunque se perciba un cierto regusto de artificiosidad, que se va intensificando con el paso de las horas. Cuando uno va reflexionando sobre lo visto, porque le ha gustado, entretenido, sorprendido, y empieza a encontrar cabos sueltos, recursos incoherentes, cosas que no cuadran, y que nos han conducido a un efectivo y efectista final que no encaja si se aplica la lógica elemental, que es la primera que se adormece cuando activamos el piloto automático frente al pasatiempo intrascendente. Y una adaptación de este libro no debe ser intrascendente. El original no lo merece. ¿Qué opinar entonces de este film? Muy bien interpretado, por cierto, tanto por la fascinante Bárbara Lennie como por Eduard Fernández, tal vez el mejor actor español. ¿Es malo? No. ¿Es tramposo? En grado sumo. Y eso no es bueno. Pero es legítimo, por supuesto, y cada uno lo valorará como considere. Ahí está El sexto sentido, y sigue siendo un referente. De modo que no me atrevo a descalificar la película, porque me lo pasé en grande antes de caer en la decepción y casi en la indignación. Su factura es impecable, eso sí. Ustedes verán.
Dirección y guion: Oriol Paulo
Intérpretes: Bárbara Lennie, Eduard Fernández, Loreto Mauleón, Pablo Derqui.
Javier Matesanz
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