La visita

Tras varios años experimentado con el cine de aventuras y de ciencia ficción con resultados, digamos, menores, el conocido cineasta M. Night Shyamalan vuelve a sentarse en la silla de director para realizar un nuevo thriller con elementos propios del cine de terror. Y al igual que en anteriores propuestas como El sexto sentido (1999), El protegido (2000), Señales (2002) o El bosque (2004), el resultado es excelente.

Bajo el título de La visita, el director de origen indio nos cuenta las vivencias de dos críos (chico y chica, ambos hermanos) durante una semana vacacional en la granja de sus abuelos, dos ancianos a quienes no conocían dado que estaban enfadados con la madre por motivos nunca aclarados. Con la intención de filmar un documental amateur, la niña no se separa de su videocámara y graba todo lo que allí ocurre, jugada argumental que le sirve a Shyamalan para experimentar con el subgénero found footage (en el que podemos encuadrar a clásicos como El proyecto de la bruja de Blair-1999 o Paranormal Activity-2007) por primera vez en su carrera. De este modo, sin apenas efectos especiales y con un reparto reducido y sin estrellas (pero no por ello poco eficaz, en absoluto), el resultado podemos calificarlo de altamente satisfactorio, pues la película funciona a la perfección dentro de su liga, debido principalmente a la pericia narrativa que Shyamalan posee. Cierto es que no podemos decir que se trate de una cinta innovadora ni en estética ni en argumento, pero eso no significa que el director no haya sabido jugar perfectamente las fichas que tenía a su disposición para ofrecer una buen filme de intriga con los sustos bien colocados y un inesperado giro argumental en el tercer acto, una de las marcas de la casa del cine de Shyamalan.

En definitiva, cine palomitero de autor y muy recomendable, que nos devuelve en su mejor estado de forma a uno de los maestros del suspense de los últimos veinte años. Ahora queda esperar a saber si se trata realmente de un regreso o de un regalo inesperado.