El corto está protagonizado por el ganador del Goya (La isla mínima) Javier Gutiérrez
El pasado mes de diciembre el realizador mallorquín Marco Antonio Robledo presentó en sociedad su último cortometraje hasta la fecha, “La mano invisible”, un duro drama social aderezado con ciertas dosis de thriller, fórmula similar a la que empleó (con resultados muy estimables) en su anterior trabajo, “La hora del 1, 2 , 3”.
Conversamos con el cineasta para que nos hable un poco más sobre su nueva obra.
¿Cómo podrías resumir “La mano invisible”?
“La Mano Invisible” es cine social y comprometido. Mi intención es reflexionar sobre la situación económica y moral del mundo contemporáneo y sobre nuestra responsabilidad individual y colectiva, tocando temas tan tristemente actuales como la crisis, los ERES, el paro y los desahucios.
Cuentas con un reparto de lujo compuesto por Javier Gutierrez (“La isla mínima”), Manuel Morón (“El Bola”) y Enric García (“L´Efecte aleatori”). ¿Cómo fue el trato con dichos actores? ¿Fue muy complicado reunirlos a todos?
Fue un privilegio contar con este elenco. Son grandísimos actores y excelentes profesionales, con lo que trabajar con ellos fue muy fácil y han aportado muchísimo al resultado final del trabajo. Como dices, lo más complicado fue reunirlos, pues sus agendas estaban apretadísimas. Javier Gutiérrez, por ejemplo, no sólo estaba con la promoción de “La Isla Mínima”, sino haciendo bolos por toda España de la obra de teatro “Los Macbez” y rodando “El desconocido”.
¿Cuántos días fueron necesarios para rodar el cortometraje?
Fueron 4 días de rodaje.
¿Cómo fluyó el rodaje? ¿Alguna anécdota interesante?
Pues sí. Tuvimos que cancelar después del primer día de rodaje, ya que Manuel Morón sufrió una hemorragia nasal por problemas de hipertensión y le tuvieron que cauterizar. Al salir de urgencias (en plena madrugada), ya vimos que sería imposible continuar sobre todo porque no se encontraba bien del todo, pero antes especulamos con todo tipo de posibilidades, desde encuadrarle siempre en escorzo o cambiar el guion para justificar que tuviera la nariz tapada por gasas. Imagínate lo difícil que fue encontrar nuevas fechas, ¡Javier (Gutiérrez) sólo tenía un fin de semana libre en 2 meses!
Hasta el momento siempre has ejercido de guionista en tus propias obras. ¿Cómo eliges los temas que posteriormente conviertes en cortometrajes de ficción?
No elijo los temas, sino que los temas me eligen a mí. De todas formas siempre son cosas que me preocupan y sobre las que reflexiono a menudo. Me gusta hacer pensar al espectador y utilizar el arte como herramienta de cambio social y evolución de la conciencia, dentro de mis modestas capacidades, claro.
A excepción de “Sombras”, tu primer corto, el resto de tu filmografía se adscribe claramente dentro del drama social. ¿Piensas seguir en esta línea? ¿Volverás a rodar un proyecto de corte fantástico-terrorífico?
El fantástico es un género que me gusta mucho y me encantaría volver a él. Suele ser difícil técnicamente hablando, pero hoy en día, gracias a las nuevas tecnologías lo es menos. De momento no tengo nada en cartera, pero quién sabe…
Por último, ¿cómo ves el panorama audiovisual (actual) balear?
La coyuntura ha sido y es muy complicada, casi desoladora, pero hay muchísima gente con talento y con muchas ganas aquí. Seguiremos haciendo cine contra viento y marea, con más o menos presupuesto, en mejores o peores condiciones. Es una necesidad.
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