“La fiesta debe continuar”, nos espetan tras una sardónica soflama en favor del capitalismo aristocrático. Y vaya si continúa. Esa nobleza financiera, sustituta contemporánea de señores feudales, burgueses y otras acaudaladas alcurnias de otros tiempos, que no entienden de crisis. Las recesiones no van con ellos, sino a favor. Y ellos hacen piña, se conocen, se ayudan y protegen. Se casan y crecen. Siempre crecen. Y aunque este fin de semana en Can March habrán pitado muchos oídos, seguirán creciendo. Pero al menos a nosotros nos quedará La impaciència, que ha vuelto al fin, después de pasárselo en grande haciendo el gamberro, sin más, con Josemari. Y ha regresado sin remilgos, a por todas, con un teatro comprometido y de factura atrevida. Rítmico, mordaz y envuelto en un espacio sonoro soberbio. Un montaje muy trabajado en todos los aspectos, técnicos y narrativos, bien documentado y con todo su arsenal de beligerancia progresista y proletaria cargado para denunciar sin tapujos aquello que atenta contra sus convicciones. Y el resultado es la cara B de la biografía de un magnate, Joan March, cuya siniestra trayectoria de éxitos económicos y flagrantes delitos subyace maquillada bajo una pátina social de admirada filantropía y mecenazgos culturales.
No sé si es casual que Salvador Oliva cite a Orson Welles en el texto, pero lo cierto es que sólo con la inquietante coreografía inicial, toda una declaración de principios estilística de lo que está por venir, parece remitirnos a la asfixiante deriva de aquel Proceso kafkiano, que aquí parece vivir el protagonista, el historiador. Un personaje ficticio que es mucho más que la excusa argumental para hablar de la dinastía March. Encarnado con angustiosa convicción por un inspirado Xavier Núñez, es aprovechado por Oliva para plantearnos, y que cada uno acepte o no el reto de responderse, esa diabólica tentación que a todos se nos presentará alguna vez en la vida, poniendo a prueba nuestras convicciones: ¿Cuál es el precio de tus ideales? En cualquier caso, ellos parecen tenerlo claro: La impaciència no se vende.
Título: La fundació
Autor: Salvador Oliva
Idea original y documentación: Miquel Cruz
Dirección: Luis Venegas.
Música y espacio sonoro: Jaume Manresa.
Intérpretes: Xavier Núñez, Salvador Oliva, Rodo Gener y Carme Serna.
Teatro: Teatre Principal de Palma (Sala petita).
Javier Matesanz
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