No han cumplido casi ninguno de sus objetivos iniciales, como era poner literatura al alcance de todos vendiendo la revista en las cajas de las grandes superficies junto a los chicles o en las panaderías. Aunque alguno sí. Como el de dar tinta a los invisibles. La revista La Bolsa de pipas ha llegado a su número 100 y lo celebra con un número especial y ofreciendo ración doble de poemas, relatos breves, reseñas de libros, ilustraciones y aforismos. Cien números de una revista modesta y sin mayor pretensión que recordarnos que lo que se escribe, y lo que se edita, cerca de nosotros también puede resultarnos interesante.
Aunque la humildad no quita la ambición; la revista fue en su momento el embrión del que surgió la editorial Sloper, una de las más originales, por su dinamismo y falta de prejuicios estéticos, de este rincón del Mediterráneo. La Bolsa de pipas no se entiende sin su formato (inspirado directamente en el del impagable por necesario y querido Youthing), el logotipo que le ideó el dibujante Pere Joan y la personalidad hiperactiva y socarrona de su director, el poeta y narrador Román Piña Valls. En este número 100 hay participación, entre muchos otros, de Juan Bonilla, Max, Jaume C. Pons Alorda, Bartolomé Seguí, Miguel Dalmau o Macky Chuca. Aunque no descartan llegar a venderse en alguna peluquería, La Bolsa de Pipas puede encontrarse de momento en librerías al precio de 5,00€.
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