Menos mal. Qué alivio, el estreno de Jurado Nº 2. No es que esté desahuciando ya a Clint Eastwood, que ojala viva mucho más, pero con 94 años tampoco es previsible que ruede muchas más películas. Y por un tiempo, tres larguísimos años, parecía que el colofón a su venerable, irregular, sí, pero admirable trayectoria como director iba a ser la sonrojante Cry Macho. Así que solo por evitar esa desdicha, Jurado Nº 2 ya goza de nuestra simpatía.
Vuelve a ser ese Eastwood sobrio. Observador. Atento al gesto y la mirada. Ajeno a las florituras formales y los aspavientos interpretativos. Narrador austero y preciso. Sin subrayados ni efectismos innecesarios. Expositivo, realista sin ornamentos, para que nos impliquemos en el juicio moral propuesto, nos posicionemos, pongamos a prueba nuestra balanza ética, moral, emocional, y lo hagamos con los mínimos condicionantes posibles. Y de hecho, tanto es así, que el final nos lo cede a nosotros. Y no con un giro inesperado de guion, no. Ese es un recurso de la ficción, del mercado, del espectáculo. Parco y directo, sin más, Nos regala su notable película. Tú cómo la acabarías. Mójate. Y las consecuencias de la decisión no son precisamente irrelevantes.
¡Qué grande, el maestro Eastwood! Menos mal de este Jurado Nº 2. Que además de todo lo dicho, es entretenida e intrigante. Y hasta un homenaje, aunque no sé si voluntario, a los 12 hombres sin piedad del gran Lumet.
Dirección: Clint Eastwood.
Guion: Jonathan Abrams.
Intérpretes: Nicholas Hoult, Toni Collete, J.K. Simmons, Kiefer Sutherland
Javier Matesanz
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