Que una gran productora sepa cómo mantener el listón en una media que permite no suspender en el mundo del cine de animación es algo digno de elogio. Casos como Disney con sus cinco partes de Campanilla (de la que ya parece no preocuparse ni de la calidad de la animación) o como Pixar y sus Aviones (con la que se atrevieron incluso a una segunda parte) parece la tónica dominante en el mundo de las ficciones en 3D dirigidas al público infantil. Pero da la sensación de que Dreamworks no tiene ninguna intención de entrar en este juego. Algunas de sus películas gozan del beneplácito de crítica y público (Cómo entrenar a tu dragón, Kung Fu Panda o Gru son buenos ejemplos) y otras, como El Lórax, The Croods o Home, mantienen la media del entretenimiento en cotas considerablemente agradables de ver en una pantalla grande. Los pequeños, disfrutan como lo que son. Los adultos, no se aburrirán ni un instante.
En Home, unos extraterrestres blanditos invaden la Tierra en busca de un hogar y lo hacen inyectándole un ritmo trepidante a la historia, con una cámara que nada tiene que envidiar a las grandes superproducciones de Hollywood, y un colorido que mantiene al público con los ojos pegados a la pantalla para no perderse ni un trocito. La historia, la del protagonista marginado que encuentra a una niña humana sola en busca de su madre y juntos emprenden un viaje magnífico para salvar el planeta, tiene un extraño efecto deja-vú en la platea, pero no importa si el entretenimiento es sano, simpático y sin ninguna intención más allá del entretenimiento puro (y, si se puede, vender algunos cientos de miles de peluches, claro). Con dos féminas (madre e hija) como Rihanna y Jennifer López como protagonistas en la versión original y en los increíbles parecidos físicos de sus alter ego animados, y un protagonista que obliga a sonreír cada vez que abre la boca, lo único que cabe hacer es disfrutar de un bol de palomitas en compañía de unos críos que se reirán a carcajadas.
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