Sin duda interesante y necesaria, esta película documental servirá para sacudir algunas conciencias, para denunciar flagrantes injusticias y para informar a quienes desconozcan la realidad del conflicto del pueblo saharaui, de la ocupación, del Frente Polisario, del frustrado referéndum, de la inquisitiva policía marroquí, del patético, hipócrita y vergonzoso papel de algunos organismos oficiales y de algunos políticos en particular, y del activismo solidario de algunos artistas del mundo del cine, como Javier Bardem, que es el principal impulsor de este proyecto, y que llegó incluso a ser invitado para exponer sus denuncias en un comité específico de la ONU. Eso sí, el documental tiene más de televisivo que de cinematográfico. Es incluso educativo, un poco al estilo gráfico de los trabajos de Michael Moore, y algo ingenuo en algunas propuestas estéticas. Pero eficaz.
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