Es innegable que es una bobada, una gamberrada pasada de rosca, que apuesta por el exceso, siempre in crescendo, en la acumulación de gags cada vez más improbables y desbaratados; pero hay que reconocer que cuando el trío protagonista se la echa a la espalda, con un José Coronado pletórico en su autocaricatura y dos secuaces de tebeo encarnados por un inspirado Javier Cámara y el rotundo Roberto Álamo, Es por tu bien es un divertimento de lo más hilarante, que resulta entretenido de puro improbable. Una película simpática si no te la tomas en serio. Y por eso es una lástima ese desenlace moralista que pretende atar todos los cabos posibles, y acaba lindando incómodamente con un sentimentalismo de garrafa que no hace justicia al disparatado y divertidísimo desarrollo de esta crónica multifamiliar absolutamente desestructurada, donde los enemigos a batir son con mucho los más normales y coherentes, mientras que los paladines de la unidad familiar, de lo políticamente correcto, son auténticos cabestros presuntamente civilizados que por su instinto conservador y carpetovetónico son capaces de transgredir todas las normas morales, éticas y legales conocidas y por conocer.
No era una garantía Carlos Therón a los mandos. Responsable de Fuga de cerebros 2 y director episódico de series como El chiringuito de Pepe y Olmos y Robles, una pareja de ley. ¡Uf! Pero a cada uno lo suyo, y esta vez ha acertado en el tono, en el ritmo y, sobretodo, en la dirección de actores, pues en clave cómica nunca habían estado tan bien, y en su complicidad se sustenta la eficacia del film. Muy bien acompañados por un reparto coral, justo es decirlo, y destacar además al perro flauta Miki Esparbé.
No hay más, pero no lo pretende, así que cumple, y eso es mucho más de lo que muchas películas pueden decir. En este género sobretodo.
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