La última propuesta de Blue Sky – la filial de Fox para producciones infantiles, responsable de ‘Ice age’ o ‘Robots’, entre otras – contiene mensaje, un guión que no insulta a la inteligencia y una interesante gama de matices en lo que se refiere al grafismo que aportan una estética innovadora; aunque también es irregular a la hora de desarrollar la historia, alternando grandes momentos con pasajes donde se abusa del subrayado y el sentimentalismo.
La trama nos lleva hasta una adolescente huérfana de madre y con un padre obsesionado con la idea que en el bosque se esconde una sociedad avanzada de seres diminutos. Una joven ‘normal’, responsable, quizá algo insulsa, convertida de repente en heroína cuando el destino y la magia la transportan precisamente a ese mundo. A partir de ese momento crucial – en el que inevitablemente hallamos el eco de ‘Alicia en el País de las Maravillas’ – la cinta ofrece acción, una combinación correcta entre los dos universos que se representan (un poco al estilo ‘Arthur y los Minimoys’), buenos efectos, personajes muy trabajados (algunos pueden recordar a los de ‘El origen de los guardianes’) y también un mensaje pro-familia que cohabita con un indisimulado cariz ecologista, tan de moda, y tan volátil en ocasiones. Todo muy correcto, algo previsible, pero siempre manteniendo el buen pulso narrativo que impide que te aburras. Apta para adultos, por tanto, y recomendable para niños a partir de 6 años.
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