Regreso a sus orígenes. Paul Haggis, guionista antes que realizador, debutó tras la cámara con un relato coral de historias interconectadas que, contra todo pronóstico, se llevó el Oscar al mejor film de 2005. Se titulaba Crash, y tras ella vinieron dos irregulares thrillers dramáticos que en nada se parecieron a la primera, ni en logros ni en reconocimientos, ralentizando así el que parecía un despegue estelar. Fueron Los próximos tres días y En el valle de Elah. Tal vez por eso el cineasta haya decidido recuperar la fórmula de su éxito inicial y volver a la perspectiva poliédrica del retrato colectivo, en esta ocasión además de dramático, sentimental. Un tríptico, empero, que no acaba de ligar. Tres historias de amor enfermizas, insanas, inquietantes por diferentes motivos, que discurren en tres ciudades distintas y distantes. Y algo sucede, algo las relaciona, pero nada acaba de concretarse. De ahí cierta intriga que, a ratos, casi confunde y se acerca a lo inverosímil. Al fallo de guion, incluso, en algún caso concreto que no desvelaré. Y no es así. Licencias literarias bien justificadas (hasta ahí puedo leer). Lo sabremos en el último pliegue de la historia, con un giro en verdad sorprendente, e incluso en el umbral de lo fascinante, si no fuera porque llega algo tarde. Cuando la tensión ya ha decaído, nuestra paciencia roza el límite, algunos personajes y su actitud o sus acciones nos parecen grotescas, casi rocambolescas, y ya no nos quedan demasiadas ganas para sobresaltos emocionales o juegos de manos de perturbador dramatismo. Y el conjunto, aunque no dejará a nadie indiferente, ya no convence, a pesar de convocar algunas emociones intensas y brindar ciertas imágenes realmente sobrecogedoras. Todo ello, además, muy bien interpretado. Una colección de amantes heridos en manos de un impecable y adecuado reparto donde todos destacan y nadie sobresale.
En tercera persona
Dirección y guión: Paul Haggis. Intérpretes: Liam Neeson, Mila Kunis, Adrien Brody, Olivia Wilde, James Franco, Moran Atias, Maria Bello, Kim Basinger.
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