Nando Esteva (Palma, 1979) aplica el arte a la fotografía publicitaria. Rompe, transgrede y le sale bien. De hecho, acaba de ganar el premio a la mejor instantánea a la mejor instantánea de publicidad gastronómica por su trabajo Carpintería de Mariscos. Es capaz de congelar zapatos de Farrutx o triturar los diseñados por José Miró. De momento, su descaro triunfa y eso le motiva para seguir creando.
-¿Cómo se puede vivir de la fotografía publicitaria desde Mallorca, cuando está claro que los centros de influencia más cercanos están en Madrid o Barcelona?
La verdad es que desde que tenía 16 años he estado trabajando fuera, Estados Unidos, África… Cuando te acostumbras a desplazarte luego te resulta más fácil. También hay que tener en cuenta que algunos clientes tiene su base en Mallorca. De todas maneras, la clave pasa por esforzarte día a día para que fuera puedan ver tu trabajo.
-¿Cómo te mueves en ese doble reto que afrontas como fotógrafo: fotografía publicitaria por una parte y fotografía artística por otra?
Intento conjugar el tiempo que le debo dedicar a los proyectos profesionales, que a veces viene marcado por la presión del cliente, con proyectos personales que me apetecen más. Cada vez intento tener más tiempo para mí, para desarrollar mi faceta más artística.
-¿Cómo reacciona un cliente cuando le presentas una propuesta sobre un producto que rompe con todo lo que su empresa ha encargado hasta la fecha?
Mira, por ejemplo con Farrutx rompimos con el concepto clásico que habían manejado hasta entonces y le presenté sus productos (zapatos, bolsos…) congelados. Al principio estaban a la expectativa, hasta que no ven el primer resultado no se deciden… pero hasta ahora han funcionado.
-¿Nunca te han dicho ‘no, esto es demasiado atrevido para mis productos’?
De momento no, tanto Farrutx como José Miró, por ejemplo, han entendido que la innovación acaba funcionando.
-Y tienes referentes, supongo, a la hora de crear…
Si, por supuesto. (Joan) Garrigosa en publicidad y David Lachapelle en personajes; una mezcla entre producto y atrevimiento para conseguir mi línea.
-¿Y cómo te entiendes con las agencias que luego tienen que desarrollar el producto que tus has ideado?
Bien, con los creativos de las agencias hay una conexión que me permite desarrollar el trabajo de manera más fluída. De hecho, si siempre hubiese esa figura detrás yo me podría dedicar a la iluminación, la puesta en escena… lo mio. Lo que pasa es que hoy el cliente intenta ahorrarse pasos y prescindir de los creativos. La agencia te facilita el trabajo.
-¿Estás notando la crisis? ¿O el hecho de trabajar con grandes marcas hace que la sufras menos?
En ese aspecto, pienso como los chinos: ‘crisi=oportunidad’. A mi l’actual situación económica me ha permitido llegar a marcas que antes era inaccesibles, por ejemplo Braun. Esa es la parte positiva; la negativa, la que te comentaba de que las empresas intentan evitarse las agencias.
-E intentan que tú hagas de creativo…
Bueno, digamos que me ponen a prueba. Pero también es verdad que los malos tiempos aquí nos dan oportunidad fuera.
-En tú evolución como fotógrafo, en cuanto a técnica, ¿dónde sitúas el punto de inflexión? Si es que lo ha habido. ¿Dónde estás ahora?
En los proyectos que estoy llevando a cabo ahora no retoco nada, juego con el contraste, ese es mi punto de retorno. He tocado CGI (imagen generada por ordenador), física real, retocada…
-¿Esa es la dinámica?
Para mi si, aunque me equivoque. En los tiempos que corren la gente está escarmentada, no se cree nada y yo quiero volver a la materia prima, al naturalismo.
-¿Qué suponen los premios?
Me dan la oportunidad de compaginar trabajo con arte, me permiten seguir creando. Tranquilidad y motivación para mezclar la parte publicitaria con la artística, que puede ser inquietante; mezclar para poder crear algo nuevo, o a al menos diferente.
-¿Dónde encuentras la inspiración?
En los viajes, en el cine, en una conversación con un amigo, en la calle, en una persona nueva que conoces…
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