El libro de la vida

Tim Burton + Los 3 Caballeros + Guillermo del Toro

Jorge Gutiérrez es un dibujante y animador mexicano que cuenta con varios premios al diseño de personajes y a películas y series de televisión poco conocidas por el público a nivel internacional. Y podría haber seguido ganándose la vida como tal si no hubiera conocido a Guillermo del Toro, el afamado autor de Hellboy o El laberinto del Fauno. El director mexicano le propuso la producción de El libro de La vida, una historia en la que Gutiérrez llevaba meses trabajando, que cruza el imaginario y la tradición del país centroamericano de El Día de los Muertos con los todos los colores posibles, un montaje trepidante y unos números musicales mucho más dignos que los de muchas producciones Disney. Y el resultado es, sin duda, una película que sobresale por encima del resto y recoge lo mejor del oscuro y original imaginario que ha ido abandonando Tim Burton, para mezclarlo con la estética de Los 3 Caballeros. Un enorme y emocionante producto al que, sin duda, hay que darle más de una oportunidad.

La historia de dos amigos enamorados de la misma niña sirve para, de forma trepidante y extremadamente colorista, mostrar la cultura mexicana, la relación del mundo de los vivos con el de los muertos, sus dioses, sus tradiciones ancestrales y un musical que sorprende en cada nuevo número. Pero, si bien la trama y los diálogos no formarán parte del libro de los mejores guiones, el humor más descacharrante y la imaginería macabra de Gutiérrez, cruzada con mariachis pasados de mezcal y un tono romántico y poético, convierten las secuencias en una bofetada colorista a cualquier novia cadáver que se le ponga delante.

Pero, sobre todo, destaca el magnífico diseño de personajes y decorados, que sobresalen de la pantalla como una increíble mezcla de petardeo, bromas macabras y acción delirante. Y, si bien se echa de menos una vuelta más a la tuerca del surrealismo, El libro de la vida, deja un poso lleno de sabrosas emociones y la sensación de estar ante una obra que no caerá en el olvido con facilidad.