Como la comparación es inevitable, hagámosla cuanto antes. El hombre más buscado (2014, Anton Corbijn) y El topo (2011, Thomas Alfredson) tienen tantas coincidencias formales – cinematográficamente hablando-, que podríamos estar viendo la misma película con distinto argumento. Y eso es genial, porque El topo fue un soberbio ejercicio de contención dramática, que hacía justicia al estilo y la intención de su padre literario: John Le Carré; y El hombre más buscado, de idéntica procedencia editorial, és otro formidable ejemplo de cine denso e intenso. Exento de acción, pero de ritmo absorbente al servicio de la intriga, y respetuoso con la letra de un referente escrito, que se convierte en convincente e hipnótico lenguaje fílmico sin necesidad de ornamentos ni excesos visuales que lo magnifiquen. Envueltos en una de esas laberínticas tramas propias del autor, se bastan los personajes para seducirnos y atraparnos en un espeso y paranoico enredo de espías post 11-S, donde el espectador acaba participando casi en primera persona. Y es que desde nuestra localidad adolecemos de una evidente falta de información, que acabará por determinar la resolución del conflicto internacional, y de la cual tampoco disponen los protagonistas (cada uno escondiendo sus propios ases), que forman parte de un juego de adivinanzas y engaños, de desconfianzas y maquiavélicas alianzas, marcadas por intereses internacionales y ambiciones/obsesiones personales, y que les coloca en un lugar de tan frágil estabilidad como el de nuestras butacas. Una apasionante partida de espionaje en la que participamos compartiendo tablero – una gris y poco acogedora, inhóspita ciudad portuaria de Hamburgo, donde se gestó el ominoso atentado neoyorquino- con un monumental Philip Seymour Hoffman en su último y gran papel protagonista, haciendo que su condición de víctima y verdugo se convierta casi en cruel metáfora de su malogrado destino.

El hombre más buscado
Director: Anton Corbijn Reparto: Willem Dafoe, Rachel McAdams, Grigoriy Dobrygin, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright, Daniel Brühl.
Els vostres comentaris