El darrer dia del Cafè de la Granota

Jesús Moncada es lectura obligatoria en Cataluña. Lógico. Camí de sirga es una novela monumental. Yo siempre he pensado que en Mallorca su equivalente es Cavalls cap a la fosca de Baltasar Porcel. Pero aquí en los colegios no la tienen ni en la biblioteca, ya no digo en el temario. Y así van las cosas. Conozcamos al menos los relatos del autor de Mequinensa, el pueblo que desapareció bajo el agua, su pueblo, y del cual escribió maravillosas historias íntimas y universales, pues de tan pequeñas se hacen enormes y consiguen retratar toda una cultura y una manera telúrica, tradicional y auténtica de entender la vida.  Algo que pretende – y consigue – transmitir este espectáculo dirigido por el mallorquín Xisco Segura y que se titula, como el libro de relatos que adapta, El darrer dia del Cafè de la Granota. Una entretenida función estructurada en piezas cortas y diferentes, que interactúa con el público e invade la platea (está pensada para recorrer centros docentes evangelizando la palabra de Moncada), y que respeta la idiosincrasia de su letra, a la vez que mantiene esas formas dialectales y fonéticas de las tierras catalanas del Ebro, lo cual convierte la obra casi en un documento antropológico y lingüístico con tanto valor cultural como artístico. Y además de todo esto, la función es divertida y gamberra, ecléctica en las formas, aunque sencilla en su desarrollo, y acaba por resultar un pasatiempo ligero y agradable con coartada reivindicativa de “país”. O sea, una maniobra eficaz en términos docentes, astuta en lo ideológico y de lo más acertada como entretenimiento teatral. Un apartado que se beneficia tanto de la versatilidad cómica de la pareja protagonista,  Mª Àngels Largo y Armand Villén, como de la química que entre ellos se percibe, y que dota de autenticidad y veracidad a cada una de las historias.