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El amigo de mi hermana

El amigo de mi hermana

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El concurrido género de la comedia romántica – ya sea ‘indie’ o ‘industrial’ – está repleto de guiones fáciles, historias adocenadas y mensajes remilgados que acaban en tributos a la pareja convencional, la familia o las buenas costumbres. No hay semana que no se estrene al menos un producto con romance previsible y protagonistas treintañeros. El amigo de mi hermana es una historia de sexo y amor, los tres personajes centrales también rondan los treinta y no es que te sorprenda demasiado, pero difiere en algunos aspectos del prototipo descrito. Para empezar, huye del preciosismo habitual en estas producciones: la puesta en escena es austera, la música es sutil, no subraya ni intenta mitificar la historia; los diálogos – en la mayor parte del metraje – están más trabajados que de costumbre y marcados por una naturalidad que hace que aquellos que los interpretan – y muy bien – resulten creíbles e identificables. Aquí no hay cuento de hadas, tan sólo dos mujeres y un hombre con sentimientos, deseos e inseguridades relativamente normales. Hay rupturas, duelos, secretos, celos, un pasado que asumir o simplemente recordar con unas risas y un futuro que gestionar. Toda esa ‘normalidad’ no sería verosímil sin la química que consigue el trío formado por Emily Blunt, Rosemarie DeWitt y Mark Duplass. La primera, a la que hemos visto en obras tan dispares como ‘El diablo viste de Prada’, ‘Destino oculto’ o ‘La pesca del salmón en Yemen’, despliega un variado catálogo gestual, pero jamás se pasa de rosca, siempre te la crees. A DeWitt la vi en ‘La boda de Rachel’ y apenas la recordaba, pero cumple con creces – además, tiene la ventaja que la cámara la adora – y él se desenvuelve bien en el que sin duda es el papel más difícil del escueto reparto. Pero la peli tiene una vía de agua, un flanco por el que entran las dudas y dónde todo ese realismo que os he explicado se tambalea: la subtrama de la maternidad, que en los últimos minutos se convierte en el eje de la historia. Es cierto que la última escena está bien resuelta, pero para llegar a ella hemos tenido que perdonar un alarmismo (ya lo veréis) que me parece injustificado. Con todo, el film es de lo más sugerente que he visto últimamente entre los que pertenecen a eso tan etéreo que denominamos cine independiente.

Dirección y guion: Lynn Shelton Interpretación: Emily Blunt, Rosemarie DeWitt, Mark Duplass.

 

 

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