Mucho se ha escrito y representado sobre el paso inexorable del tiempo que convierte nuestras vidas en un episodio más, breve y tal vez insignificante, en el contexto universal. Pero aún faltaba una aportación, y cuando parecía que ya todo estaba dicho y de todas las maneras posibles, Pont flotant vuelve a sorprender sin necesidad de parafernalias ni extravagancias ni complejidades filosóficas, sino acudiendo a la autenticidad, a la verdad cotidiana y la emoción en primera persona, que de inmediato implica a esa tercera que somos nosotros, que somos todos, pues sin excepción formamos parte del mismo viaje. Y a partir de ahí lo hacen bien y bonito, como siempre. Con humor y naturalidad. Con la realidad como compromiso. Convencidos de que las mejores historias nos las brindan la experiencia, el recuerdo, la vida. Y en este terreno son los mejores. Sin parangón.
Eclipsi total (premio Max a la mejor autoría teatral 2023) es tal vez la producción más ambiciosa de la compañía hasta la fecha, escenográficamente hablando. El minimalismo está ahí, la sencillez es su marca, pero el montaje es algo más complejo, más aparatoso y visualmente elaborado que en otras ocasiones. Aunque con idénticos objetivos y mismos resultados: teatro verité de cosecha emocional propia e inspiración introspectiva. Pero esta vez con una puesta en escena más dinámica, más exigente en materia de polivalencia interpretativa, y sobre todo con una apuesta estética fabulosa, pura poesía visual, que a modo de reflexión nos regala una hermosa metáfora existencial que tanto sirve de título como de colofón, e incluso para justificar que Alex y Jesús, sin dejar de ser ellos, viajen millones de años al pasado, nos interpelen en el presente y se atrevan a flirtear con su futuro en un más que motivador ensayo general del final que a todos nos espera. Formidable.
Dramaturgia y dirección: Pont Flotant (Àlex Cantó, Joan Collado, Jesús Muñoz y Pau Pons)
Interpretación: Àlex Cantó y Jesús Muñoz.
Teatro: Teatre del Mar.
Javier Matesanz
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