No sé cómo andará de memoria un caracol. Quizás no la necesite, por aquello de que lleva su casa, su vida a cuestas. Quién sabe. Pero ella sí la necesita y la reivindica. La Dona Caragol, Aina Compte, que lleva desde tiempos inmemoriales con los escenarios, que son su vida, a cuestas. Y ahora la repasa y la comparte echando mano de cuantos recursos, lenguajes o modalidades expresivas conoce y domina, ofreciendo a quien quiera con ella compartirla, en formato performático, una reflexión existencial de lo que ha sido, de lo que es y será. Una artista a menudo autosuficiente. De trayectoria esquiva para con los convencionalismos. Verso libre frente a las modas y las fórmulas conformistas. Y así lo demuestra en este montaje autobiográfico, breve, conciso y nada complaciente, que escapa de tentaciones esteticistas, de lucimientos estériles o narcisistas, y que prescinde de la literatura nostálgica para vertebrar mensaje alguno. Prefiere las asimetrías. Las proyecciones así lo atestiguan. Los susurros y las onomatopeyas a las rimas. El refugio anónimo de la oscuridad a ser deslumbrada por los destellos del cliché. La autenticidad a la homogeneidad. El lamento a la renuncia. O al menos así lo recuerda, ahora que la memoria empieza a estar descuajeringada. Es la Dona caragol. Así vive, así es y así crea. En pasado, presente y futuro.
Dirección e interpretación: Aina Compte
Texto: Carles Carbó
Audiovisual: Miguel Czernikowski
Assessorament de moviment: Catalina Carrasco
Teatro: Teatre Sans
Javier Matesanz
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