Son muchas las veces que he manifestado mi convicción a cerca del secreto del éxito de Pixar, que reside en su capacidad y talento para gustar y convencer tanto a los niños como a los adultos. Una estrategia ganadora, ya que no solo consiguen fidelizar a su audiencia natural, la infantil, sino también apelar al icónico niño que todos llevamos dentro, el sempiterno Peter Pan, y a los adultos que inevitablemente, ya sea por gusto o por obligación, acompañan a sus hijos al cine. Los cuales, ya puestos, prefieren disfrutar de la película a ser meros acompañantes. Pues bien, Del revés 2 vuelve a dar en la diana. Aunque para ser sinceros, creo que escora un poco demasiado hacia la madurez. Por una vez, el desequilibrio de la balanza nos favorece, aunque sin descuidar a la prole. Y es que el concepto del film, ya desde la primera entrega, es tan atrevido como arriesgado. De una complejidad temeraria para tratarse de una película infantil. Personajes que son en realidad emociones, que residen en el cerebro de la niña protagonista, y que conforman nuestra manera de ser y de proceder. Y por si fuera poco, en esta segunda entrega se meten en el laberíntico “fregao” de la pubertad. O sea, cuando las hormonas todo lo revolucionan, el caos nos domina y ni nosotros mismos sabemos a qué responden nuestras emociones y nuestras reacciones.
Pues bien, Del revés 2 está muy bien. Quizás un punto más pedagógica que cómica, pero con buen ritmo y la habilidad endémica de la compañía para desarrollar ese humor empático, que a veces nos hace sonrojar por el siempre incómodo, pero a la postre efectivo, efecto espejo. Y así, los niños disfrutan del despliegue colorista del diseño visual, que convierte nuestro sistema neuronal en poco menos que un parque de atracciones, y de la enérgica comicidad del caos que se apodera del panel de control de los nervios de la adolescente. Y nosotros, ya de vuelta de todo, nos lo pasamos en grande intentando reconocer (o negar) lo que fuimos, y mirando de reojo a nuestro mini-yo intentando pre visualizar lo inevitable. No es poco para una película, ¿no?
Producción: Disney Pixar
Dirección: Kelsey Mann
Dibuixos
Javier Matesanz
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