Los premios literarios deberían servir para llamar la atención del público sobre un libro y no ser apenas otro recurso del departamento de marketing de las editoriales o un ejercicio de postureo de las instituciones, públicas o privadas. Afortunadamente, es lo que ha hecho el jurado del Premi Creixells con el que el Ateneu de Barcelona quiere distinguir a la mejor obra de novela catalana publicada el año anterior, que el pasado 22 de junio fue entregado a Joan Buades por Crui. Els portadors de la torxa. Esta es la primera novela editada del autor, que la presentó a una quincena de editoriales baleares, catalanas y valencianas, de las que apenas recibió dos negativas argumentadas, y que acabó publicando la pequeña editorial ibicenca Edicions Aïllades tras una campaña de micromecenazgo.
Joan Buades (Inca, Mallorca, 1963) se dedica a la enseñanza como profesor de literatura y tiene publicados estudios sobre la industria turística como Do not disturb Barceló. Viaje a las entrañas de un imperio turístico o Exportando paraísos en los que describía las maneras de trabajar (y depredar) de los grandes hoteleros mallorquines. Como investigador, Joan Buades nos ha explicado que la industrialización del turismo en Baleares a mediados del siglo XX, y la posterior extensión del modelo de negocio a otros destinos, no fue una creación espontánea de sagaces emprendedores capaces de seducir a millones de clientes ávidos de sol, relajo y exotismo a precio de pandereta sino la salida que corporaciones, bancos y organismos de crédito encontraron para poner en circulación grandes partidas de capital, incluidas las de origen delictivo, que afloraron desde la opacidad, obteniendo prebendas fiscales y laborales de podridos gobiernos dictatoriales ávidos de inversión y divisas fuertes. Y propinas.
Sobre este contexto, Joan Buades ha levantado la ficción de Crui. Un relato tenso, afilado, duro y veraz, que atrapa, conmueve y aturde, en el que nos asomamos a la abyección del siglo XX través de Wilhelm Rash, también llamado Alfred Leuven, o Peter Grisevius, o Guillermo Rosenthal… Un médico, alemán (y nazi), seleccionado para administrar tras la derrota militar en 1945 una de las redes de apoyo mutuo con el objetivo de proteger y cuidar a sus camaradas.
Un relato estremecedor de agujeros y paraísos fiscales –con Suiza en el meollo siempre de tanto secreto- por el que pululan las grandes familias industriales alemanas –de ayer y de hoy-, los relucientes apellidos de siempre de los financieros de Nueva York y Londres, las siglas de emporios como IBM, los matarifes patrios que acabaron por instalar sus posaderas en el consejo de Ministros y los banqueros, hoteleros y políticos locales que se encargaron de trapichear con el litoral insular. Una historia de horrores, ben nostra, que se inicia y concluye con Lucrecio y Leonard Cohen, y que nos habla de las grietas en los relatos oficiales por las que aparece la verdad y del relevo que cada individuo escoge de sus mayores para ceder a los más jóvenes: “Així és com funcina tot: les lleis i els reglaments són per a la púrria, a dalt només hi arriben aquells que tenen agalles de saltar-se’ls. Després, com diu el senyor Marc, “a penes es tracta de saber el preu de cadascú”, sigui el rei, el soci rebec o vostès mateixos”.
Crui. Els portadors de la torxa
Edicions aïllades, 304 páginas
20,00€. Ebook: Edición Kindle, 6,99€
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