En esta ocasión no hablaremos de un cómic que haya sido adaptado a la gran pantalla. Ni tampoco de las mayoritariamente adocenadas adaptaciones al cómic de películas, subproductos cuya única razón de ser es aprovechar el tirón comercial del largometraje que adaptan, normalmente de forma literal y poco inspirada.
Esta vez escribiremos sobre La Fuente de la Vida, un guión de Darren Aronofsky que dio lugar a un cómic y a un film (2006). La razón es sencilla: ante los problemas presupuestarios que dieron al traste con la producción de la película, el director de Réquiem por un Sueño, reescribió la historia para poder hacerla más viable con menos millones de dólares y para que al menos viera la luz como tebeo. Después de un proceloso viaje personal y laboral, Aronofsky consiguió ambas cosas, estrenando el film y publicada la novela gráfica.
Una historia de amor y un drama cósmico (¿acaso no son todas las historias de amor dramas cósmicos para aquellos que los protagonizan?), todo en La Fuente de la Vida se entrelaza para hablar sobre la vida, la muerte y lo que hay entre medias y más allá. El argumento intercala tres tramas temporales, distintas e iguales al tiempo. En todas ellas es central la búsqueda vital y existencial del protagonista en diversos momentos de la historia humana. Visualmente resulta original y se adecua a la perfección al, a menudo pirotécnico, argumento.
La Fuente de la Vida permite ver como un mismo guión puede ser tratado de formas harto diferentes dependiendo del medio en que se desarrolle, erigiéndose como un vehículo único para estudiar diferencias y similitudes entre el noveno y el séptimo arte.
En el cómic, el dibujante Kent Williams brilla con luz propia. La película como tal, es mejor que el tebeo como tebeo. El film es mucho más uniforme, sugerente, equilibrado y emocionante. El cómic tiene un montaje más deficiente, es más frío y está peor “fotografiado”. Y eso partiendo del mismo guión. Lo que demuestra que lo que funciona en un medio no tiene por qué hacerlo en otro. Es interesante leer/visionar ambas interpretaciones del guión por los motivos mencionados, además de por el valor intrínseco que tienen por sí mismas. Adelante.
Texto de Jaume Albertí (Fancine 09)
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