un lloc de cultura peculiar

Ant-Man

Ant-Man

autor

Toy Story, Gulliver, El chip prodigioso, La hormiga atómica, por supuesto, una  miscelánea de las películas de superhéroes (más tirando a Iron-Man o Spiderman que a Batman) y también un compendio del subgénero del cine de atracos, de los chapuceros más que de los muy sofisticados.

Todo eso contiene Ant-Man, y también una épica que descansa sobre el mito de David y Goliat; un relato, a veces un punto sensiblero, de conflicto generacional con apuntes freudianos; una trama, básica pero que lo cubre todo, sobre espionaje industrial como vértice y exponente del capitalismo salvaje y hasta una tímida, demasiado, e incipiente historia de amor.

Lo curioso es que esa excesiva carga temática se lleva bien, hasta el punto que el film te atrapa desde el inicio y apenas te da tregua. Con algún bache a mitad de la cinta en forma de un personaje que no se sabe muy bien de dónde sale  (seguramente recortado en la sala de montaje) y una evolución un poco abrupta en el comportamiento de Hope -sorprendentemente bien Evangeline Lilly (El Hobbit) teniendo en cuenta que sus páginas de guion no son las más agradecidas- la cinta aguanta más que decentemente hasta el final con una mezcla de acción trepidante, impecables efectos especiales, el genuino humor de la comedia gamberra americana, la redención del protagonista como reclamo e intriga y un tono digno de Marvel (aunque hablamos de los más atípicos de sus superhéroes), de puro cómic por momentos.

El conjunto es digno y determinadas escenas están perfectamente fabricadas: por ejemplo las que ilustran las vertiginosas alternancias entre el mundo ‘real’ y el de miniatura (no olvidemos que hablamos de hormigas), o la lucha final entre buenos y malos, que se lo acaba llevando todo por delante.

No está mal Paul Rudd (Noche en el museo, Juerga hasta el fin, Lío embarazoso) en el rol de antihéroe -delincuente y esposo fracasado-  que transita, con miedos y tropezones, hacia el glorioso destino que le aguarda: ni  más ni menos que salvar el mundo. Tampoco desentonan los secundarios, pese a que en ocasiones parece que han surgido de alguna película menor de Kevin Smith. Pero en cuanto a la interpretación se refiere me quedo con el incombustible Michael Douglas – como genio atormentado por el pasado – y con el villano, Corey Stoll (el Peter Russo de House of cards).

Un buen divertimento, en definitiva, que ya os anuncio que pronto tendrá segunda parte. Y no lo digo por decir, ni porque tenga información privilegiada, sino porque como todas las películas de la Marvel de un tiempo a esta parte, la cinta tiene un epílogo post créditos (que muchos e impacientes espectadores no ven impelidos por las prisas a la hora de abandonar la sala), donde no solo anuncia la continuación, sino que nos presenta a quien será coprotagonista de las nuevas aventuras de superhéroes en miniatura.

Director: Peyton Reed Intérpretes: Paul Rudd, Michael Douglas, Evangeline Lilly, Corey Stoll, Bobby Cannavale.

deixa un comentari

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Posa-li estrelletes


Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies