Al filo del mañana

Aunque por una vez sea riguroso con la traducción, lo cierto es que el título de la nueva ficción apocalíptica de/con Tom Cruise es feote e impersonal. De esos que uno olvida (con todo merecimiento) diluido en el marasmo de juegos de palabras aleatorios con los que se bautizan centenares de intrascendentes films fantacientíficos y futuristas creados en serie y sin personalidad alguna. Productos de fast food  que por lo general  pueden definirse combinando un puñado de films anteriores, la suma de argumentos de los cuales suele dar como resultante la presuntamente original sinopsis de éste, que no es sino una ensalada de estereotipos y referentes tomados en préstamo. Y tal y no otro es el caso de Al filo del mañana que, como ya se ha dicho hasta la saciedad, es un refrito Sci-Fi de cualquier película bélica sobre el desembarco de Normandía el día D (a Doug Liman le encantó Salvar al soldado Ryan, ¡qué se apuestan!), Starship Troopers y la comedia del Día de la marmota, conocida en España como Atrapado en el tiempo.  Curiosa combinación, que a priori pudiera ser estimulante, pero que se materializa en una mediocridad reiterativa y espesa. Un embrollo grandilocuente y previsible hasta el tedio, aunque le den al desenlace un giro injustificado y nada convincente para garantizar un idiota Happy end, y con una carga de humor autoparódico, que de no ser tan patoso podría haber resultado simpática, pero que apenas brinda un par de ocurrentes bromas aprovechando la dinámica de los bucles temporales. Muy poca cosa para una película bastante  larga que se hace muy, muy larga. Y desde luego no ayuda la nula química entre Cruise y una Emily Blunt con cara de haberse perdido en el plató equivocado, y de estar buscando desesperadamente, no la solución para acabar con la invasión extraterrestre, sino la puerta para escapar de un film que le aburre tanto o más que a nosotros.