Los factores que erosionan la pareja son a menudo inescrutables. De tan abstractos, devienen inasibles para la mayoría de los mortales; se muestran mudos a los sentidos del ‘otro’, imaginad a ojos y oídos del espectador neutral. Blue Valentine tampoco disecciona las razones de un hastío, aunque se deja ver la rutina, el aplastante peso de la cotidianeidad, el simple transcurrir de la vida… La cinta contiene la demoledora armonía de unos hechos bien contados, al ritmo idóneo y con unos actores convincentes (Michelle Williams y Ryan Gosling). El pasado – flechazo, seducción, primeras citas, enamoramiento… – y el presente – de un gris oscuro, casi negro – se van intercalando a lomos de una narrativa y una puesta en escena donde reina la austeridad y el buen pulso del director (un tal Derek Cianfrance) para mostrar tensión, treguas, incomodidad, relajo (mínimo), más tensión… hasta ese desenlace pirotécnico, y durísimo al mismo tiempo. Una maravilla no apta para nihilistas que quieran curarse.

Blue Valentine
Dirección: Derek Cianfrance Guión: Derek Cianfrance, Joey Curtis y Cami Delavigne Intérpretes: Ryan Gosling, Michelle Williams, Faith Wladyka, John Doman, Mike Vogel.
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