En pleno electoral, y quizá en el ocaso del personaje público, resulta más que oportuno asomarse a la trayectoria del presidente de Francia y conocer – tal vez hasta comprender – las circunstancias y factores que han hecho de Sarkozy el hombre/político que se proyecta hoy ante el mundo.
La cinta se centra en el período que va del 2002 al 2007, o lo que es lo mismo, en la carrera del gobernante (interpretado con solvencia por Denis Podalydès) hacía los Campos Elíseos (sede de la jefatura de la república) y el declive de su matrimonio con Cecilia. Ahí está su paso por dos ministerios, su asalto a la dirección del partido y el sprint final hasta llegar a su gran meta; siempre sin mirar atrás y dejando por el camino amigos, colaboradores y esposa. De manera más o menos profusa se narran episodios claves de ese período: el escándalo Clearstream, el referéndum sobre el Tratado para una Constitución europea, los distintos procesos electorales… hitos de los que ‘Sarko’ siempre salió con vida, cuando no reforzado.
Lo que nos ofrece Xavier Durringer – desconocido en España – es el vivo retrato de la ambición, de la falta de escrúpulos y también de la astucia de un animal político que jamás ha disimulado sus intenciones, un luchador que ha sabido convertir su aparente complejo de inferioridad en una plataforma de propulsión.
Pero para definir a Sarkozy cabe detenerse en sus íntimos enemigos. Jacques Chirac (Bernard Le Coq – el que hizo los primeros anuncios de la Schweppes – es clavado a él) y Dominique de Villepin fueron sus principales obstáculos en su camino, y el film nos muestra cómo y porqué acabó imponiéndose a ambos.
A los buenos conocedores de la historia reciente de Europa, la película de Durringer quizá no les aporte demasiado, pero debemos apreciar lo que puede suponer de documento para la gran mayoría de espectadores. Tal vez abusando del trazo grueso y la caricatura, evitando las sutilezas, ‘De Nicolás a Sarkozy’ se cuela en esa suerte de género que es el cine político, y que últimamente se ha ocupado de personajes como Margaret Thatcher (‘La dama de hierro’) o La Reina Isabel II (‘The Queen’) sin dejar de indagar (y subrayar) en la supuesta vida privada de los mismos.
Aprendi mucho