No estamos ante un thriller más. El esqueleto de la trama puede sonar convencional – un golpe a las víctimas equivocadas y una venganza sin remilgos – y se reconocen elementos del cine de Peckinpah, Tarantino, Ritchie o los Coen; pero a pesar de ello, la puesta en escena y el excelso guión – basado en una novela de George V. Higgins- destilan originalidad y proyectan la sensación de estar asistiendo a algo nuevo. Para empezar, la película cambia el paso habitual del género. Si normalmente asistimos a todo un catálogo de secuencias de acción – algunas eternas – salpicado por diálogos más o menos substanciales, aquí la fuerza del relato reside en las largas conversaciones de los protagonistas; pláticas que van de lo banal a lo profundo, que tratan del matrimonio, la fidelidad, la prostitución, la liturgia del asesinato o la economía – que marca el contexto, un pasado muy reciente dónde George W. Bush nos daba el último empujón hacia el abismo mientras el Obama candidato empezaba a brillar – . Fluyen en esos duelos verbales ideas brillantes, frases surrealistas y, ante todo, altas dosis de cinismo. Una dialéctica interrumpida por una gran paliza y tres asesinatos, rodados con una mezcla de dureza y poesía, utilizando – con elegancia – la cámara lenta y con una fotografía de tonos cálidos que endulza la violencia, que la hay. Para engarzar todo ello se necesita un buen equipo. En primer lugar un elenco a la altura de la propuesta. Brad Pitt se sale, como casi siempre, pero es que los que le acompañan son de traca: Richard Jenkins, James Gandolfini, Ray Liotta, Ben Mendelsohn… y hasta un Sam Shepard con un par de líneas de guión. En segundo término, un director con buen pulso y sin prisas, y ahí Andrew Dominik vuelve a mostrar el artesano que lleva dentro, como ya hizo en la extraña y conmovedora ‘El asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford’. Sólo le pongo un ‘pero’, que el personaje de Mickey (Gandolfini), – alcohólico, putero y decadente – no tenga más presencia y que desaparezca tan abruptamente. Lo demás, lo compro todo.
Mátalos suavemente
Dirección y guión: Andrew Dominik, sobre una novela de George V. Higgins Intérpretes: Bradd Pitt, James Gandolfini, Richard jenkins, Ray Liotta, Ben Mendelsohn, Scoot McNairy, Sam Shepard Fotografía: Greig Fraser
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