Del buen pulso de Paolo Sorrentino, director de ‘Il divo’ -aquel certero biopic sobre Giulio Andreotti- surge Un lugar donde quedarse (no confundir con la de Sam Mendes, que es castellano la titularon igual); un inclasificable producto. Una suerte de road movie, el extraño viaje de un rockero retirado (enorme Sean Penn luciendo una estética gótica a lo Robert Smith de The Cure) en busca del carcelero nazi que humilló a su recién fallecido padre en el campo de concentración. En el camino, el protagonista se topa con singulares personajes, digno de los Coen alguno de ellos – con quien entabla conversaciones que van de lo surrealista a lo absurdo -. Arrastrando una maleta con ruedas y una mochila virtual de temores y culpas, Penn exhibe un hieratismo poco habitual en él que contrasta con su pelo encrespado y el carmín de sus labios; conmueve su vulnerabilidad y divierte la candidez que gasta. Quizá cueste entrar en la propuesta, pero cuando se asume que estamos ante seres situados en los márgenes de las convenciones es fácil dejarse llevar por el atractivo visual de las imágenes y esperar la sorpresa en forma de diálogo que te aguarda en la siguiente escena.
Place Director: Paolo Sorrentino
Guión: Umberto Contarello, Paolo Sorrentino
Intérpretes: Sean Penn, Eve Hewson, Frances McDormand, Judd Hirsch, Heinz Lieven, Kerry Condon
Música: David Byrne
Por que no:)
El film me impactó sobre todo visualmente.A ratos tiene un toque W.Wertens.La secuencia de la canción de los Talkin Heads es magnifica.Una gozada.
Gràcies Manel!