Increíble pero cierta. Así podría definirse la vida y la carrera de Lance Armstrong. El ciclista americano que se convirtió en ídolo mundial al ganar siete Tours de Francia consecutivos tras superar un cáncer de testículos con metástasis cerebral que le llevó al borde de la muerte. Pero lo más sorprendente de todo es que si su historia de superación y triunfo parecía mentira es porque era mentira. En su afán de superación Armstrong hizo trampas. Se dopó, y dopó a todos aquellos que le acompañaron, ensuciando la imagen de uno de los deportes más exigentes del mundo, y poniendo en tela de juicio a quienes le precedieron y sucedieron. Pero el tiempo le puso en su lugar. Fue desposeído de sus maiots amarillos, humillado y convertido en ejemplo mundial de todo lo malo que puede tener la ambición en manos de un tramposo.
El libro “Siete pecados capitales” recogió su ascenso y caída a los infiernos de la vergüenza, y ese mismo libro ha inspirado The program. Un interesante ejercicio que Stephen Fears convierte en algo así como un documental visto desde la ficción. Y es que el director británico plantea la narración no como una película biográfica sobre el ciclista (aunque también), sino como un repaso a sus argucias y estrategias para llevar a cabo su plan, así como a las sospechas que paralelamente suscitaron sus éxitos en el periodista que finalmente lo destapó todo. Es decir, algo así como un documental de intriga. Una combinación genérica extraña pero eficaz, tan interesante como entretenida, aunque a la postre se quede en terreno de nadie. Como si el conjunto resultara superficial, tanto en la hagiografía del tramposo como en la narración de las investigaciones, que acaban precipitándose casi por inercia hacia un desenlace por todos conocido. Tal vez un documental hubiera si más intenso, aunque la ficción cuadra mejor con la vida de un mentiroso.
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