Realidad o ficción. Documental o realismo fantaterrorífico. Esa dualidad es lo interesante en Noctem, un film no necesariamente original en sus planteamientos, pues La bruja de Blair o Paranormal activity ya transitaron esos inquietantes terrenos, pero que riza el rizo con verdades imposibles que incrementan la intriga de manera francamente incómoda (y satisfactoria, dirán los adeptos al género), y mantienen la incertidumbre de un modo extraño, que va del morbo al miedo pasando por un reality show de lo más naíf, que explota las caras conocidas de Adrián Lastra y Alex González en papeles de “himself”; y lo cierto es que el cóctel realmente funciona, engancha.
No es exactamente miedo lo que genera Noctem, sino intriga terrorífica. Una tensión aterradora y progresiva, que mantiene en vilo al espectador sin abusar del susto, sino incrementando por momentos la gradación del suspense en su faceta paranormal, que viene ligada a una trama apocalíptica presuntamente extraída de las páginas de unas proféticas escrituras. Algo así como el reverso o la versión oscura de los evangelios, que anuncian un advenimiento nada halagüeño. Y todo ello con una extraña y efectiva combinación de interpretaciones naturalistas y desaforadas a la vez, puesto que los actores hacen de ellos mismos con absoluta espontaneidad (y la consecuente credibilidad), para convertirse después en histriónicas víctimas del más allá sin dejar de ser ellos mismos en un ejercicio de realismo-paranormal de lo más curioso.
En fin, una película inusual y poco convencional que merece una oportunidad, aunque sus formas artesanas y su estética visual smarphone le puedan jugar a la contra en un género tan digitalizado.
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