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madre!

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Las promociones de películas pueden hundir la experiencia cinematográfica de un espectador y, con ello, cargarse la intención que el autor buscaba en cada secuencia. Y no solo porque los tráilers son capaces de narrar todo el desarrollo de la película con la única salvedad de los cinco últimos minutos, sino porque enmarcarlo dentro de un género para atraer a un público u otro puede producir el efecto contrario. Y este es el caso de madre!, la última obra del maestro Darren Aronofsky, vendida como una película de terror, acoso, tensión y misterio, cuando va mucho más allá de una simple película de un género concreto, porque los toca todos de una forma contundente, casi anárquica, violenta, visceral y sin paracaídas. madre! abofetea al espectador en la cara y en el estómago con una espiral de ritmo y perfección técnica que ya querrían muchos directores, para contar una historia que se desarrolla como lo que no es hasta que, de repente, es.

La construcción de cada plano es endiabladamente metódica y tiene un único fin: que los ojos del espectador rebusquen entre el misterio de una casa y un matrimonio que parecen ser el dibujo de la pareja perfecta y la casa perfecta en un momento de sus vidas en que están haciendo exactamente lo que tenían que hacer para continuar viviendo y superar un acontecimiento dramático anterior. Pero, una vez conseguido, da un paso más y el director de Requiem por un sueñoEl luchador utiliza esa perfección para lanzar el primer derechazo contundente y hacer sangrar el labio. A partir de ahí se acabó la sutileza y el ritmo de bombo lo llena todo. La historia se hace bola de nieve y la rotundidad de los argumentos esgrimidos por el guión, que hasta ese momento permanecían ocultos a un espectador que los esperaba, se vuelven insignificantes y la película empieza abrir plano para que podamos contemplar toda la obra.

Pero nada de esto funcionaría sin dos protagonistas que desbordan sus papeles a la perfección. Aronofsky es un gran director de actores (recuérdese a Natalie Portman y su Cisne Negro) que sabe sacar lo mejor de cada casa. Jennifer Lawrence dibuja su pasión por un Javier Bardem absolutamente visceral y enorme con tanta delicadeza que no puede ser de otra manera. Por su parte, las apariciones de Ed Harrys y Michelle Pfeiffer aportan la calidad necesaria para darle al relato ese trazo turbio que necesita en un momento de la historia. ¿Qué más se puede pedir?

El cine no son solo historias lineales con el fin de entretener. El cine puede ir mucho más allá y remover conciencias, redibujar mitos para llevarlos a otros estados y, sobre todo, darle una buena tunda a las emociones del respetable para que despierte, aunque sea por un momento, del letargo en el que vive. En Venezia lo vieron y le dieron el premio a la mejor película. Y desde aquí lo aplaudimos. Con ganas. Doloridos y magullados, pero con ganas.

Guión y dirección: Darren Aronofsky. Intérpretes:Jennifer Lawrence, Javier Bardem, Ed Harris, Michelle Pfeiffer, Domhnall Gleeson, Brian Gleeson

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